Haciendo conciencia de tus pensamientos
Pocas personas disfrutan de la compañía de individuos cuyas actitudes son persistentemente negativas. Sin embargo, muchos de nosotros toleramos el parloteo crítico que se origina en nuestra propia mente. Como estamos tan acostumbrados a la corriente de conciencia crítica y autolimitadora que se abre camino a través de nuestros pensamientos, a menudo no somos conscientes del impacto que estas divagaciones tienen en nuestras vidas. Sólo cuando nos damos cuenta del poder de esos pensamientos podemos despojarnos de ellos y llenar el vacío que dejan con objetivas afirmaciones amorosas y pacíficas.
Muchas personas, al prestar cuidadosa atención a sus patrones de pensamiento, se sorprenden de la negatividad que encuentran en ellos. Pero cuando prestamos atención a los pensamientos involuntarios sin juzgarlos, iniciamos un proceso de sanación que, con el tiempo, nos permitirá sustituir la autoconversación intimidatoria y perturbadora por pensamientos positivos y fortalecedores.
Aunque un pensamiento negativo o crítico ocasional puede tener poco impacto en nuestra bienestar, la negatividad continua que pasa desapercibida puede tener un efecto perjudicial en nuestro estado de ánimo y nuestra perspectiva. Sin embargo, cuando somos conscientes del tono de nuestros pensamientos, podemos cuestionarlos.
Pero, ¿cómo?
Intenta ser consciente de tus sentimientos, opiniones y juicios durante un solo día. Desde el amanecer hasta el anochecer, escudriña los mensajes que introduces en tu subconsciente. Considera tus pensamientos desde la perspectiva de un observador desapegado e intenta no juzgarte a ti mismo basándote en las nociones que llegan a tu mente de forma espontánea. Simplemente observa el flujo de tu consciencia y anota las veces que te concentras en ideas pesimistas o te dejas llevar por la crítica autodirigida.
A medida que te vuelves más consciente de tus patrones de pensamiento, ya sean positivos o negativos, aprenderás gradualmente a controlar el carácter de tu flujo de conciencia. Esfuérzate siempre por recordar que las imágenes e ideas que pasan por tu mente son transitorias y no una representación real de lo que eres.
Al entrenarte para ser consciente de tus pensamientos, adquieres la capacidad de modular activamente tu estado de ánimo. La conciencia que cultivas en tu interior te permitirá, con el tiempo, crear una base de positividad a partir de la cual podrás construir una existencia más auténtica.
Aporta más positividad y paz interior a tu vida
“Soy un fracaso”.
“No soy lo suficientemente bueno”.
“No puedo creer que haya dicho eso. Soy un idiota”.
El diálogo interno negativo es una norma diaria para muchos de nosotros y, a menudo, ni siquiera nos damos cuenta de que lo estamos haciendo.
Cuando crees que algo va mal contigo, que por mucho que te esfuerces nunca serás lo bastante bueno, inconscientemente tomas decisiones que te llevan al autosabotaje, en relación con el cuidado de tu cuerpo, tu capacidad para triunfar y amar y, sobre todo, tu capacidad para sentirte merecedor de la vida que mereces.
Recupera tu poder
Imagina una vida en la que sientes confianza en tus capacidades y compasión hacia las partes de ti que han experimentado dolor y lucha. Al final de esta serie de sesiones de terapia, estarás equipado con herramientas prácticas para ayudar a hacer de esta vida una realidad – dándote acceso a una mayor libertad interior, más inteligencia emocional, y todo un nuevo mundo de posibilidades emocionantes.
La Terapia Re-Form es un enfoque multidisciplinario para transformar tu vida combinando diferentes enseñanzas con una actitud profundamente compasiva y centrada en el corazón.
A través de unas potentes sesiones sobre cómo romper el ciclo de l diálogo interno negativo y crear una mayor autocompasión, conciencia, claridad y confianza, obtendrás unas herramientas prácticas de técnicas probadas para promover una concentración mejorada y centrarte en tu vida cotidiana – y volver a cablear tu cerebro hacia la positividad y la alegría.
Si esto te suena como algo para explorar más por ti mismo, ¡hablemos de ello!
Recuerda, donde va la mente, fluye la energía.